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Todo vehículo, independientemente de cuántas ruedas motrices tenga, dónde estén o cuál sea la ubicación de su centro de gravedad, tiende a continuar recto si no hay una fuerza que lo desvíe de esa trayectoria.  A fin de que el automóvil abandone la línea recta, se requiere producir un cierto momento de giro sobre su eje vertical; tal momento de giro, unido a la inercia que tiende a hacer que el vehículo siga recto, tiene como resultado una trayectoria curva.
Cuando dicha trayectoria curva posee un radio inferior que la curva que se pretende describir, se dice que el vehículo está en “sobreviraje”. De ahí que sobreviraje se defina como una trayectoria real del automóvil más cerrada de la que debería. Una situación extrema de sobreviraje es el “trompo”, donde el vehículo termina de girar sobre su eje vertical.
Aparecen diferentes causas del sobreviraje. Una de las más comunes es una desaceleración cuando el automóvil se encuentra en apoyo. Cuando eso ocurre, las ruedas delanteras ganan adherencia y las traseras la pierden, por lo cual el momento de giro que tiene el vehículo puede ser excesivo para la inercia que lleva y, por eso, sobrevira. Incluso, puede generarse sobreviraje en recta si, por ejemplo, se acelera o frena cuando las ruedas de un lado van sobre una superficie con menor adherencia que las del otro.
En los rallies sobre superficie deslizante, los pilotos, por lo general, hacen que el automóvil sobrevire antes de llegar a la curva girando el volante de forma sucesiva en el sentido contrario a la curva e inmediatamente en el sentido de la curva. Con ello ocasionan un fuerte momento de giro sobre el eje vertical, que permite tomar la curva a elevada velocidad y dejan el vehículo mejor posicionado para acelerar dentro de la curva.