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Es una variación del servofreno de emergencia, la cual tiene la capacidad de detectar un obstáculo frontal susceptible de originar una colisión y, si eso ocurre, aplicar todo el potencial de frenado del automóvil, a pesar de que el conductor únicamente pise un poco el pedal.
Este mecanismo se asocia normalmente al programador de velocidad activo y opera con sensores radar o láser. La información sobre la distancia a la que están los posibles obstáculos y la velocidad de aproximación a ellos es recibida por una central que define el momento preciso para actuar; además, de necesitarse, efectúa una precarga del circuito hidráulico de frenos.
El servofreno de emergencia únicamente considera la velocidad con la que el conductor pisa el pedal del freno, mientras que el sistema con detección de obstáculos tiene en cuenta la existencia de obstáculos frente al vehículo y puede ejercer la máxima presión en el circuito de frenado, sin importar la fuerza de accionamiento del pedal. Con ese propósito, el sistema precarga el circuito hidráulico de frenos antes de que el conductor oprima el pedal de freno, con lo cual la máxima deceleración se halla disponible desde el comienzo de la frenada.
Al analizarse que se va a producir una colisión, el conductor recibe un aviso que le recomienda empezar la frenada, al tiempo que se precarga el circuito de frenos. Cuando el conductor presiona el pedal de freno, la totalidad de la presión disponible se aplica al sistema. Lo anterior genera la máxima deceleración posible durante un periodo de tiempo mayor que el obtenido con un sistema de asistente a la frenada convencional. Así, se busca evitar la posible colisión o disminuir la velocidad de impacto tanto como se pueda.
En algunos casos, el sistema de frenado automático de emergencia va vinculado a un dispositivo de precolisión.
Cuando las autoridades pertinentes lo aprueben, el sistema autónomo de frenado automático en caso de obstáculo podría incorporarse sin demasiadas dificultades, pudiendo anticiparse a la reacción del conductor. Con esta alternativa, el número de accidentes por alcance bajaría en un 75% y, en los que no se pueden evitar, la velocidad media del impacto decrecería de 47 a 26 km/h, de acuerdo con un estudio de DaimlerChrysler.